En un reciente vuelo en avión había dos chicos que no estaban felices de encontrarse allí, e interrumpían la paz de los demás pasajeros. Sus gritos y quejas se escuchaban por toda la cabina, mientras brincaban por encima de los asientos y corrían por los pasillos.
Los padres hicieron lo imposible por calmarlos, pero nada funcionó. Al fin se rindieron y dejaron a los chicos comportarse como unos salvajes.
Ante el comportamiento del niño y su hermanita, era obvio que no estaban acostumbrados a recibir disciplina.
Justo antes de despegar, una aeromoza se detuvo a su lado y les dijo con una gran sonrisa:
-¿De qué se trata todo este chillido que escucho?...