La vida pudiera ser menos complicada si cada uno de nosotros recibiera su juego de Lego al nacer. Sí, me doy cuenta de que habría un riesgo de asfixia para los niños menores de tres años. Pero cuando uno es lo suficientemente viejo, podemos aprender mucho de los Legos. He aprendido que:
Hay fortaleza en los números; cuando los ladrillos se juntan, se pueden lograr grandes cosas. El desastre puede ocurrir pero las piezas pueden ser juntadas de nuevo.
Cada ladrillo tiene un propósito; algunos son hechos para un lugar específico. La mayoría encaja en casi cualquier lugar, pero todos encajan en algún lugar.
El tiempo de juego es importante; a veces no importa qué construimos mientras que nos divirtamos.
No importa el color; un ladrillo azul encaja en el mismo...