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Antes de hablar, escuchemos.
Antes de escribir, pensemos.
Antes de gastar, ganemos.
Antes de invertir, investiguemos.
Antes de criticar, esperemos.
Antes de orar, perdonemos.
Antes de rendirnos, intentémoslo.
Antes de jubilarnos, ahorremos.
Antes de morir, demos.
William Arthur Ward
El
breve poema que hoy les enviamos tiene todo el potencial para ponernos a
meditar no sólo en la naturaleza de nuestras acciones, sino también en
la motivación detrás de cada una de ellas. Recuerdo haber leído en algún
lugar la comparación de varios documentos famosos de la historia; se
contrastaban el Sermón del Monte, el Discurso de Gettysburg de Abraham
Lincoln, y otros.
Lo que se resaltaba era que, cuando Dios habla,
no hacen falta muchas palabras... y cuando no lo hace, por más palabras
que utilicemos, ¡será por el gusto! Que el pensamiento de hoy, tan breve
como es, nos lleve a hacer ajustes a nuestra manera de vivir. Que Dios
les bendiga. Raúl Irigoyen.
Porque en ti está la fuente de la vida, y en tu luz podemos ver la luz. Salmo 36:9
Ésta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor, y de noche su canto me acompañe. Salmo 42:8 |