«He desperdiciado todo mi sábado», se lamentó John, mientras su padre le despertaba con delicadeza.
El tono de su voz, lastimero y angustiado, provocó una reacción instantánea en su padre y un destello de ira emergió de él. Había sido un largo día de pintar y colocar papel de pared en la nueva oficina de su madre y su papá estaba extenuado.
John había trabajado duro en las primeras horas del día, pero al desaparecer la ilusión de la novedad, se sintió aburrido y finalmente soñoliento, por lo que se acostó en un sofá, en una oficina adyacente. Ahora su padre, Richard, lo despertaba para que todos se encaminaran a casa.
Antes que Richard pudiese expresar una repentina retórica formada por su mente, algo le detuvo. Vislumbró, desde la perspectiva de...