Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo gime a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras “ Romanos 8:26.
Hoy recuerdo la interesante anécdota de un misionero quien servía en un pequeño hospital en África. Él viajaba cada dos semanas en bicicleta a través de la jungla para buscar provisiones en un pequeño pueblo. Este viaje requería quedarse acampando en la jungla a mitad de camino durante una noche. En uno de esos viajes el vio a dos hombres peleando en la ciudad y uno de ellos estaba seriamente herido, de manera que él
lo atendió y le habló de Jesús.
El misionero luego del incidente retornó a casa. Varias semanas más tarde al llegar a la ciudad nuevamente, el hombre que...