Cuando me diagnosticaron por primera vez la diabetes en el año 2000, estaba convencida que los medicamentos me curarían. Esta, después de todo, era la era de la tecnología y
las drogas milagrosas.
No conté con mi aumento de peso ni me enteré que, al verse afectado mi sistema inmunológico, fuese diagnosticada con artritis.
Para la primavera de 2004 me forcé a mí misma a ir al médico con la peor infección respiratoria de mi vida. Melancólicamente, seguí repitiéndome a mí misma: "los diabéticos son seis...